Educa la creatividad de los niños
Publicado el 7 julio 2012 por Pau Farràs
Uno de los mayores retos para maestros y padres es educar y potenciar la creatividad de los niños. Actualmente, bajo la influencia de las ficciones infantiles y los videojuegos, los niños tienen menos oportunidades de desarrollar su creatividad ya que sus espacios de ocio y distracciones apenas ofrecen espacios para ello.
En Pequejuegos te ofrecemos distintas fórmulas para ejercitar la
creatividad de los niños, ya sea mediante la escritura, las artes
plásticas, la interpretación o la cocina.
Una buena forma de practicar la creatividad y, además, hacerlo en familia, es la historia a varias manos. Repartiendo un papel a cada uno de los participantes, todos empezarán una historia escribiendo aquello que quieran durante dos minutos o cinco líneas, aunque estos detalles pueden cambiarse en función de la imaginación (¡y la paciencia!) de los niños. Pasado el tiempo, cada cual doblará el papel de forma que solamente se pueda leer la última frase y pasará el relato a otro de los participantes para seguir la historia. Cuando todos los miembros hayan escrito en todos los papeles podéis divertiros leyendo los resultados de las historietas.
En la cocina, por ejemplo, déjalo cocinar recetas que permitan la variedad y la innovación, como cocas, tostadas o pizzas donde él pueda añadir ingredientes de forma experimental. Lo mismo puede suceder con los zumos o las mexclas de dulces en las tartas. Déjale probar y no censures sus ideas a priori. Cuando educamos en la creatividad, nada está “mal”, solo son experimentos.
Otra actividad que estimula la creatividad y que puede hacerse a poco que dispongáis de espacio al aire libre es disponer hojas de papel en blanco, deshechable o, directamente, de periódico, y lanzarle pintura sin ningún tipo de sentido, con el máximo de colores y con la mayor variedad de técnicas (pintando con pinceles, lanzándola a chorros, salpicando, soplando, etc.). Una vez seca, anímalo a buscar distintas formas en el resultado. Ésta es la fórmula más divertida y dinámica, pero el ejercicio es aplicable con nubes, montones de piedras, formas montañosas o esculturas abstractas.
Por supuesto, otra divertida fórmula es la de disfrazarse e interpretar distintos roles. Ábrele tu armario y deja que, sin que le des ninguna indicación, escoja y se ponga todo aquello que quiera para interpretar distintos papeles. Organizar pequeños Improshows también suele funcionar. Si hay varios niños en casa, escribid en papeles distintos temas y escojed uno de ellos para que uno de los niños lo interprete como le salga.
Finalmente, una orientación: si no quieres limitarlo a él, no te limites tú. El potencial de tu hijo, el de todos los niños, es casi infinito: no dejemos que se modele según los patrones colectivos y las influencias culturales y permitámosle seguir su propio estilo, ofreciéndole el máximo de opciones musicales, literarias, estéticas o cinematográficas para que pueda modelar su personalidad libre de los patrones generalizados.